Mikimoto y Tasaki: marcas a seguir especializadas en perlas
Las perlas Siempre han ocupado un lugar especial en la joyería. A lo largo de los siglos, su cultura y su transformación en joyas excepcionales han evolucionado, en particular gracias a las innovaciones japonesas, que dio origen a las perlas cultivadas, producidas a partir de ostras o mejillones perlíferos criados en un ambiente controlado. Estas perlas se crean cuando se coloca una pequeña perla o trozo de concha en la ostra o el mejillón, que luego secreta una sustancia llamada nácar para recubrir la perla o la concha. Con el tiempo, este proceso da como resultado la formación de una perla.
En este artículo, descubra qué casas se han consolidado como actores importantes en este nicho de mercado.

Mikimoto
La historia de Mikimoto es inseparable de la de la perla cultivada. En 1893, Kokichi Mikimoto, un empresario visionario, logró cultivar la primera perla cultivada del mundo, revolucionando la industria de las perlas. En una época en la que las perlas naturales eran raras y extremadamente caras, este avance hizo que el acceso a ellas fuera más accesible y al mismo tiempo garantizaba una calidad constante. ”Mi sueño es adornar los cuellos de todas las mujeres del mundo con perlas.” - Kokichi Mikimoto, fundador de la Maison, teniendo dedicó toda su vida a las perlas, hasta el punto de ser bautizado El Rey de la Perla. Continuó cultivando muchos tipos de perlas, incluidas las perlas cultivadas blancas y negras de los Mares del Sur.
Fundó su primera boutique en Ginza (Tokio) en 1899. Su compromiso con la excelencia y su experiencia artesanal convirtieron rápidamente a la marca en una referencia mundial.
Kokichi Mikimoto envió artesanos expertos a Europa para aprender las últimas técnicas de joyería, incluyendo El'Art Deco Y Art nouveau. Basándose en los conocimientos traídos de Europa, pasó décadas reinterpretando la artesanía tradicional japonesa y las técnicas de fabricación europeas para crear el estilo Mikimoto. Además de ser el inventor de las perlas cultivadas, sentó las bases de la joyería en Japón. Hoy en día, Mikimoto continúa produciendo Perlas Akoya Reconocidas por su elegante brillo y delicado color, son muy apreciadas en todo el mundo; De Tahiti y Mares del Sur (blanco, negro y dorado), que son las más imponentes. Tienen una gruesa capa de nácar y son valorados por sus ricos colores a la vez que mantienen su translucidez y muestran colores de interferencia, como el rosa y el verde.
Tasaki
Si Mikimoto sentó las bases de la cultura de las perlas, Tasaki, fundada en 1954, Cuando la perla cultivada despegó en Europa. Allá Maison ha sabido reinterpretar esta herencia con un enfoque más atrevido, y además es uno de los pocos que dispone de sus propias granjas de perlas en Japón, más precisamente cerca de Nagasaki, garantizando así un control total sobre la calidad de sus perlas.
Por su parte, Tasaki también cultiva Perlas de Akoya, de los mares del Sur, Se distingue por el uso de Perlas barrocas, llamado así por la jerga "barroco"de forma irregular; perlas de agua dulce que Tienen una capa relativamente gruesa de nácar y vienen en varias formas (ovalada, de gota, de botón o redonda), su precio es relativamente asequible y se pueden utilizar en diversas piezas de joyería. Finalmente, Tasaki es conocida hoy por su Perlas de Mabé, desarrollado a partir de la década de 1970, de formas semiesféricas que lucen un brillo penetrante y colores similares a los del arco iris.
A partir de la década del 2000, bajo el impulso de creadores como Thakoon Panichgul, la marca presenta diseños vanguardistas con dos diseñadoras europeas: Marie-Hélène de Taillac que infunde su espíritu alegre y delicado, y Mélanie Feorgacopoulos desde 2012. Estas joyas mezclan perlas y elementos gráficos, como sus famosos anillos “Balance”, donde las perlas parecen flotar en equilibrio sobre una estructura de oro, como Mesika con su “Desestabilización de los diamantes". Este enfoque moderno y arquitectónico ha permitido a Tasaki conquistar una clientela más joven, a diferencia de Mikimoto que se posiciona más como garante de la tradición y el clasicismo de la joyería, conservando su herencia artesanal.
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